REAL ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA DE ESPAÑA

Noticias 29 de abril de 2025

Comunicado sobre la situación actual del autismo y su concienciación

La Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME), corporación científica de derecho público integrada en el Instituto de España, que tiene entre sus fines estatutarios asesorar e informar sobre todas las cuestiones relacionadas con las ciencias médicas y de la salud al servicio de la sociedad, ha acordado hacer público el presente comunicado con motivo de una sesión científica realizada el pasado 1 de abril a raíz del Día Mundial del Autismo que se celebraba al día siguiente.

Este comunicado está destinado a clarificar, científica y socialmente, la situación actual del autismo y, por tanto, a contribuir a una mayor y correcta concienciación de la realidad que supone dicha condición. A tal efecto, la RANME sintetiza y formula su posición al respecto en los siguientes tres apartados:  

1. La Asociación Americana de Psiquiatría (APA) y la OMS en sus respectivas clasificaciones de enfermedades (DSM-5 y CIE-11) incluyen al autismo entre los trastornos del neurodesarrollo. Engloban las diversas formas bajo una denominación única de Trastorno del Espectro Autista (TEA) y especifican que su diagnóstico necesita de la presencia de una sintomatología caracterizada por un déficit persistente en la habilidad para iniciar y sostener relaciones de interacción social y de comunicación recíproca y por una diversidad de patrones de comportamiento e intereses restrictivos, repetitivos e inflexibles. Las personas con TEA necesitan una atención especial con determinadas ayudas y adaptaciones para su integración en una sociedad mayoritariamente neurotípica (no autista).

Con independencia de lo arriba indicado, no todos los autistas muestran las dificultades que tienen de forma evidente. Muchos, fundamentalmente en la edad adulta, de forma consciente, o en la mayoría de las ocasiones de manera inconsciente, compensan sus rasgos para evitar el estigma y/o el rechazo social con técnicas denominadas de camuflaje o enmascaramiento. Esto les facilita pasar inadvertidos, sin diagnóstico ni ningún otro tipo de identificación y hace que el autismo no sea percibido la mayoría de las veces en adultos y, aún más especialmente, en el sexo femenino.

A ello les ayuda una buena capacidad intelectual y algunas características que pueden suponer fortalezas en determinados contextos, como un aumento en el foco de atención y una elevada disposición para el análisis y la sistematización. En los últimos años numerosos estudios han venido a mostrar que esa compensación, si bien les facilita su integración en la sociedad, se produce con esfuerzo y ansiedad y es también causa de muchos problemas emocionales. Con frecuencia sufren una mala calidad de vida y repercusiones en su salud mental como depresión, pensamientos suicidas, dificultades de identidad y ausencia de reconocimiento.

2. La comprensión del autismo ha cambiado, por tanto, de manera sustancial, en los ochenta años que han pasado desde que se describió por primera vez. En la actualidad, y como consecuencia de las investigaciones más recientes, el autismo es considerado un desarrollo neurológico atípico, pero no necesariamente patológico, con una base genética muy poligénica. Por lo tanto, es inherente al individuo, estando presente durante toda la vida. Ocasiona una manera diferente de procesar la información que condiciona las preferencias y el comportamiento. Esto con frecuencia provoca dificultades en la interacción con la sociedad no autista debido a las demandas de este entorno neurotípico, pero también puede ser fuente de fortalezas en otras áreas no sociales. Su presentación es muy heterogénea y en algunas ocasiones puede acompañarse de diversos trastornos mentales, el más frecuente de los cuales es la discapacidad intelectual.

3. En consecuencia, la denominación de trastorno (TEA) no parece la más adecuada, en el momento presente, para el conjunto de las personas autistas y debería ser reservada solamente para aquellas situaciones que requieran atención médica o de otro tipo. En todas las otras situaciones habría de ser sustituida por "condición de espectro autista" o "identidad autista" y la comunidad médica y el resto de la sociedad deberían de comprender y aceptar la forma de proceder de las personas autistas y aprender a convivir con ellas. Se evitaría así la necesidad de compensar (el camuflaje) por parte estas personas y las graves consecuencias negativas que eso conlleva.