
"En 1987 se demostró que el óxido nítrico (NO) era el factor de relajación derivado del endotelio y se abrió una extensa historia donde se ha ido confirmando que el NO se sintetiza en todos los tejidos a través de las sintasas constitutivas endotelial y del sistema nervioso y la sintasa inducible en células del sistema inmunológico”, relató el Prof. José Ramón Berrazueta, académico de número de Cardiología de la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME), en su reciente sesión científica titulada “Del óxido nítrico a la acción antiinflamatoria de la nitroglicerina. 35 años después".
Paralelamente, "se comprobó que los nitrovasodilatadores (NVD), como la nitroglicerina (NTG) se transforman en NO y es a través de la acción de la vía NO/GMPc como desarrollan su acción vasodilatadora", continuó explicando. En 1990, "comprobamos que la NTG transdérmica, además de su acción relajadora de la célula lisa muscular, tenía una acción antiinflamatoria, en procesos inflamatorios accesibles por esta vía, como la tromboflebitis superficial o la tendinitis del supraespinoso", señaló.
Diez años después, otros autores comenzaron a confirmar este efecto de la NTG transdérmica, "pero en los últimos años se han expandido los tipos de moléculas químicas que se han hecho vehículo tanto de la NTG como de otros compuestos nitrados capaces de llevar el NO en grandes dosis a localizaciones muy precisas, evitando a su vez el efecto sistémico del NO", indicó este académico. De hecho, añadió, la NTG nanoliposomial se indica como una potente sustancia antiinflamatoria. "Se están abriendo nuevos campos en el tratamiento del cáncer, las enfermedades neurodegenerativas, los procesos inflamatorios articulares como la artritis reumatoide y la artrosis, y ya es habitual el empleo del NO/nitruro de titanio como sustancia que recubre los stents y cables de marcapasos o desfibriladores, reduciendo las complicaciones trombóticas", concluyó.