REAL ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA DE ESPAÑA

Actualidad Médica 5 de febrero de 2025

Cáncer, una enfermedad ecomolecular

Cáncer, una enfermedad ecomolecular

El Prof. Santiago Ramón y Cajal Agüeras, académico de número de Anatomía Patológica de la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME), ofreció recientemente su sesión científica titulada ‘Cáncer, una enfermedad ecomolecular’.

“En los últimos 30 años hemos aprendido mucho sobre cómo se forman los tumores y la importancia que tienen las alteraciones genéticas en la transformación maligna. Más recientemente, hemos observado que tiene que haber cooperación celular de los clones tumorales y células del entorno microambiental, tanto en los lugares de formación del tumor como a nivel de las metástasis”, señaló.

La formación de un tumor maligno no es fácil. “Se requiere la acumulación de muchas alteraciones genéticas, que modifiquen más de 10 vías bioquímicas claves en biología celular, que incluyen la capacidad autónoma de crecimiento, la resistencia a la apoptosis, la capacidad de inducir vasos, evadir la respuesta inmune, etc.”, explicó el académico.

Las células tumorales van adquiriendo progresivamente dichas propiedades para poder sobrevivir, invadir y dar metástasis. “Recientemente se piensa que dichas propiedades no las adquiere una única célula o un clon celular, sino que son varios los clones celulares que tienen que ir adquiriendo dichas alteraciones para, de forma sinérgica y complementaria, poder formar un tumor maligno”, matizó.

Por tanto, una premisa importante es que las células tumorales tienen que hablar entre sí y con las del microambiente para compartir dichas alteraciones bioquímicas y funcionales y así poder invadir y provocar metástasis.

“Dicha comunicación se hace a través de factores que secretan las células o bien mediante unas vesículas o exosomas que en su interior llevan proteínas, péptidos, microRNAs, etc.”, aseguró.

Una vez demostrada dicha comunicación, el siguiente paso, a nivel terapéutico se trata de cómo evitar o bloquear dicha comunicación celular. “En nuestro grupo, desde hace muchos años, estamos estudiando dicha comunicación celular y vimos cómo la falta de una integrina Beta3, hacía que las células no produjeran metástasis in vivo, en ratones. Luego, pudimos demostrar que la falta de integrina se asociaba a menor captación de exosomas y postulamos que ese debía ser un mecanismo clave para la falta de metástasis. Esta hipótesis la demostramos utilizando péptidos y anticuerpos que bloquean dicha integrina en vivo, observando una disminución muy significativa del número de metástasis en pulmón”, apuntó este académico.

Por tanto, de todos estos últimos avances, se puede deducir que bloqueando la comunicación celular de clones tumorales y con células del microambiente se puede disminuir la incidencia de metástasis. “También estamos observando que el bloqueo de los exosomas puede aumentar el efecto de la quimioterapia y de la inmunoterapia, dado que las células también se pueden comunicar secretando factores que inhiben la respuesta inmunitaria como el PDL1”, concluyó.