162 se produce una sesión regia a la que asiste Alfonso XIII, el cual se compromete a que la Academia de Medicina tenga “residencia propia como todas las hermanas”. Para que tal ocurriera fue transcendental el papel que jugó uno de sus Académicos de Número, el doctor Carlos María Cortezo, a la sazón Ministro de Instrucción Pública y que más tarde llegaría a ser Presidente de la Institución. Un año más tarde, en mayo de 1905, el lugar de asiento de la futura sede ya estaba seleccionado. Sería en la calle que en aquel momento se denominaba de la Biblioteca (hoy Arrieta 12), en un lugar que previamente (desde 1826 a 1895) había ocupado la Biblioteca Nacional, que ahora ya estaba en su ubicación actual en el Paseo de Recoletos. Era un solar que había sido demolido y que se destinaría en parte a la sede académica y en parte a un promotor privado. Fue el propio Ministerio de Instrucción Pública quien nombró al arquitecto, Luis María Cabello Lapiedra. No obstante, el tema iría despacio, y no fue sino en diciembre de 1909 cuando el proyecto se incluye en los Presupuestos Estatales y publicado en un Real Decreto. De acuerdo a Oscar da Rocha Aranda, el presupuesto fue de 632.655 pts y mediante concurso público se adjudicó a una empresa de constructores que rebajó el montante total en un 25%. Su superficie se estimó en 729 m 2 . El solar fue vaciado y cimentado en junio de 1910, siendo colocada la primera piedra el 6 de febrero de 1911. A este acontecimiento acudió entusiasmado el cuerpo académico, donde entre otros estaba Santiago Ramón y Cajal. En el lugar de la primera piedra se colocó un ejemplar de la Gaceta de Madrid, tres volúmenes de los cuadernos de los Anales de la Real Academia, el Anuario del año 1911 y el Acta de la celebración. El arquitecto, Luis María Cabello Lapiedra, había nacido en Madrid en 1863, y contaba por tanto en el momento de iniciar la construcción del edificio de la Academia 47 años. Era un arquitecto perteneciente a la corriente regeneracionista-nacionalista, que gustaba del estilo ecléctico, opuesto al modernismo, y que además era un ensayista y político conservador. En 1925 fue Gobernador de Córdoba y en 1927 de Guadalajara, todo ello durante la dictadura de Primo de Rivera. Más tarde durante la República fue secretario general del Movimiento Renovación Española, muriendo a los 73 años ejecutado en el Escorial en el mes de Agosto de 1936. Como arquitecto su gran obra fue la sede la Academia de Medicina, pero llevó a cabo muchas otras, entre las que destacan la Iglesia del Santo Cristo de la Salud en la calle Ayala de Madrid, la fachada del Palacio del Marques de Cerralbo (actual Museo Cerralbo) y la Iglesia de la Fundación Caldeiro en la Avenida de los Toreros. Luis María Cabello Lapiedra quería que el edificio fuera singular y que representara arquitectónicamente la época en que la Academia echó a andar en 1733 durante el reinado de Felipe V. Por eso la fachada recuerda en pequeño al Palacio Real. El estilo es como dice Oscar da Rocha: “palaciego, barroco- clasicista y afrancesado”.

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